Las Alumnas
Cada una de ustedes – mis alumnas – es un mundo, un cuerpo y un espíritu diferente.
Mi rol, es descubrir cuál es la mejor manera en la que aprendes, cuando logro eso, tú y yo somos felices…
Tú, porque sientes que avanzas y progresas.
Yo, porque te veo feliz.
Por Andrea Santibáñez
Por Camila Ahumada
En el año 2013, después de un cuadro de estrés, me recomendaron hacer «algo» para distraerme, estaba pensando ir al gym, retomar las clases de japonés, volver a hacer teatro o hacer algo nuevo como bailar, jamás había bailado… y por las cosas de la vida justo al lado de mi trabajo de aquel entonces se instaló la Escuela Danza Oriental, había visto a la Cote por amigos en común, y una amiga me dijo que la academia me quedaría al lado… o sea, cero excusas para no ir!! Y así fue como hace más de 7 años llegué a este espacio, a distraerme… pero encontré tantas cosas más!! Hoy día no me imagino mi vida y mi rutina sin la danza… la que no bailaba nada, ahora no puede vivir sin danza… y creo que eso se debe a que en este espacio encontré un lugar de pertenencia, donde me siento parte de un grupo de mujeres que pese a ser tan diversas, tenemos en común el amor por la danza.
Por Noelia Castro
Encontré compañerismo, inspiración, generosidad, apoyo en momentos muy difíciles, y encontré a grandes amigas, y por su puesto, a la Cote. Si pienso en estos últimos 7 años, han pasado muchas cosas en mi vida, tanto laboral como personalmente, tuve una crisis laboral heavy y ahí estuvieron la Cote, mis amigas y mis compañeras para apañar en momentos complejos, jamás olvidaré ese abrazo y apapacho de grupo de mis compañeras de crótalos, que sin preguntar nada, sólo me abrazaron y me dieron su cariño… justo lo que necesitaba! y bueno… en todas las etapas que he vivido estos años, los vínculos y amistades forjadas en este espacio, han sido fundamentales, una verdadera red de apoyo. Este ha sido un espacio seguro y genuino, donde se aprende mucho de danza, de técnica, de teoría y de música (me encanta todo eso!!!) y también se viven experiencias y relaciones maravillosas… espero que otras y muchas más puedan ser parte de este maravilloso espacio.
¡Hola!, me llamo Catalina Abarca y hace 6 que formo parte de la Escuela y la comunidad que se ha ido generando desde los inicios de esta.
Llegué a la Escuela el verano del 2014, mi mamá y la Cote son primas, por ende nos enteramos de primera mano que haría clases estivales durante enero. Al principio acepté ya que era sólo durante unas semanas en verano, pues estaba equivocada, al terminar las clases mi mamá me informó que estaría todo el año tomando clases de danza. Me reusé, ahora estaba más que obligada a asistir. En ese entonces tenía 13-14 años y me enteré que se había formado un grupo de adolescentes, aún así no me sentía cómoda y prefería ponerme al fondo y cerca de la pared. En la primera convivencia que hicimos para conocernos entre todas (alumnas nuevas y antiguas) y al momento de presentarme dije: «Hola me llamo Catalina y estoy aquí porque mi mamá me obligó», obviamente no tenía la intención de hacer reír a nadie pero todas lo encontraron chistoso.
Por Catalina Abarca
Con el tiempo comencé a agarrarle el gusto a las clases, me hice amiga de las otras niñas del grupo y cuando me subí al escenario por primera vez quedé con ganas de más.
La historia me ha gustado desde toda la vida (actualmente estoy estudiando Pedagogía en Historia y Geografía, sí, a ese nivel) y la danza, me ha marcado más allá de los pasos y las coreografías que se lleven a cabo, sino que también he ido tomando consciencia y le he agarrado cariño debido a todo el trasfondo histórico, social y cultural, sobre todo en las danzas folclóricas y populares. También, me ha servido para poder expresarme mejor y perderle el miedo a mi propia voz (he actuado varias veces en las distintas obras que se han montado) y por qué no, entender, querer y valorar mi cuerpo, dimensionándolo como el ente que soy, más allá de los cánones y prejuicios impuestos en la sociedad, gracias a la diversidad, el apoyo y el amor que existe en esta, nuestra, comunidad.