La Cote
La persona detrás de @escueladanzaoriental
Soy la Cote, la profesora y bailarina (si quieres, puedes decir que soy la directora) de Escuela Danza Oriental.
Nací en Santiago de Chile, hace ya 40 años y he vivido en varias ciudades más. Desde hace 21 años estoy radicada en La Serena, casi el mismo número de años que comparto la vida con mi partner. Amo profundamente a mis peluditos, quienes me entregan paz y locura.
¿Siempre he bailado? Sí y no, ya que por cosas del destino estuve unos 10 años sin bailar formalmente, aunque siempre lo hice de manera íntima y autodidacta. Cuando niña, el patio era mi gran escenario para montar el Bolero de Ravel, La Habanera y la música de Bert Kaempfert. Crecí rodeada de telas, viendo como mi mamá creaba todo aquello que sus clientas soñaban.
Soy Ingeniera Comercial de profesión, amante del estudio, ratona de biblioteca con serios problemas de concentración. Adoro investigar y soy obsesiva cuando algo me gusta, no imagino la vida sin esa arista.
Y ¿cómo llegué a la Danza Oriental? (Árabe, del Vientre, Bellydance o como quieras denominarla): El 2005 comencé a trabajar en un Banco, sí “atroh” y con mi primer sueldo qué hice? Buscar una academia de danza. Inicialmente quería volver al ballet, pero vi una clase con unas telas muy lindas y unos cinturones de monedas, ahí mis ojos se abrieron y comenzó esta bella locura.
Ya te dije que era obsesiva. Iba a clases de lunes a viernes. Después de un año comencé a viajar a tomar clases a Santiago y nunca más paré.
El 2007 comencé a organizar seminarios en La Serena con profes reconocidas porque siempre quise que otras mujeres pudieran acceder a lo que yo estaba optando fuera. Así también llegaron a mi vida los seminarios, festivales. Fui parte del elenco de mi profe (Paola Jara Vilches) y fui conociendo más y más danzas, más y más historia, más y más música.
El 2011 comencé a hacer clases, ¡Uf! qué miedo y qué desafío, pero siempre he amado la pedagogía, así que desde ese entonces sumé un amor más a mi vida… las alumnas. Los primeros años fueron en paralelo a mi trabajo formal, por ese entonces era Jefa Comercial, llegaba de tacos y muy elegante; en la oficina nunca salía a almorzar para poder arrancarme a la hora y no llegar tarde a mis clases, hasta que… adiós tacos, ¡Chao jefe! y me independicé. Así comenzó mi camino dedicado únicamente a la danza.
¿Miedo?, un poco: a la inestabilidad salarial. ¿Feliz? ¡Absolutamente! Jamás cambiaría esta decisión. He conocido mujeres maravillosas en todos estos años, he generado lazos, he viajado para seguir mi aprendizaje (fui a Marruecos y dos veces a Egipto), he bailado en muchos escenarios.
Hace un par de años, cumplí un gran sueño: construimos la sala! (bueno, construyeron, mi aporte fue la decoración junto a mi mamá). Desde el 2018 tenemos nuestro espacio, creado y dedicado a las alumnas.
Creo que adoro todas las facetas de ser profesora y bailarina: desde el proceso de aprendizaje personal (que sigue día a día), hasta explicar todo lo que implica bailar de forma saludable, enseñar cultura e historia, anatomía y conciencia corporal, dejar momentos de libertad e improvisación; observar como avanzan y generan autoconfianza, cómo y cuánto el autoestima se afianza. Amo la creatividad, crear obras, crear coreografías, crear estéticas.
Creo que nací para bailar y enseñar… eso y mucho más es la Cote, la persona detrás de Escuela Danza Oriental.